Es habitual que las tiendas cierren para realizar inventario. Cierto es que algunos comercios aprovechan horarios nocturnos de no apertura al público, pero en otras ocasiones no ocurre así, e incluso puede llegar a molestar a los compradores. Lo que hay que tener en cuenta es una actividad sumamente importante y de gran valor en cualquier empresa o compañía del mercado.
El inventario es clave en la gestión de stock y es imprescindible para que una empresa funcione correctamente. No hay nada peor que no poder ofrecer el artículo al cliente porque no se haya gestionado bien el número de unidades.
La cobertura de stock se concibe como uno de los parámetros utilizados para el control de gestión y la logística empresarial. Es un indicador que nos ayuda a tener datos sobre los abastecimientos y las prácticas de compra en una empresa o compañía.
Esta cobertura de stock indica el número de días de consumo que las existencias podrían cubrir, que se obtiene al dividir el stock entre el consumo medio en un determinado periodo.
Cabe destacar que las empresas tienen importantes vacíos a la hora de medir las actividades logísticas de abastecimiento, así como los procesos de la distribución a nivel interno y externo. Por lo tanto, es primordial identificar los principales problemas y cuellos de botella que puedan surgir en la cadena logística.
De totdos modos, es imporante que para evitar roturas de stock que produzcan importantes perdidas de ventas, se revise periodicamnte la cobertura de stock de cada articulo para que ninguna sea inferior al tiempo que tarda nuestro proveedor a entregar el producto.
Los stocks se clasifican de muchas formas, pero prevalecen dos fundamentales: según su función o teniendo en cuenta el criterio operativo.
– Stock de seguridad: cuando hay existencias previstas para circunstancias especiales.
– Stock de ciclo: se satisface la demanda de un cliente ante una ocasión especial.
– Stock mínimo: a veces surgen imprevistos y hay que contemplarlos.
– Stock máximo: se debe contemplar cuál es la máxima cantidad de la que se dispone en el almacén.
– Stock sobrante : son los productos que no se han podido vender. Por lo tanto, hay que buscar la forma de poder deshacerse de estos productos.
– Stock muerto: hace referencia a artículos que están bastante anticuados y no se pueden vender fácilmente.
– Stock de recuperación: aquellos productos que se pueden volver a utilizar en un momento dado.
– Stock óptimo: aquel que ofrece una gran rentabilidad porque sería la cantidad adecuada para atender la demanda en condiciones normales.
– Stock físico: número de productos que existen en el almacén.
– Stock neto: productos que se tienen en el almacén, menos aquella demanda que no se ha conseguido cubrir, por lo que resta.
– Stock disponible: se trata del stock físico, pedidos que ya hay en curso y demanda pendiente de satisfacer.
– Stock cero: este sistema de trabajo se hace bajo pedido, como el caso de los fabricantes de automóviles.
Esta clasificación es muy general y aplicable a la hora de utilizarse en diferentes empresas con garantía de éxito. Pero existen otras propuestas que pueden ser más específicas dependiendo del producto, donde se podría hacer una clasificación según la vida útil, en caso de que haya productos perecederos o que vayan a caducar.
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