El Plan de Negocio es el documento base sobre el que pivotará un proyecto empresarial, pero tan importante como su redacción es presentarlo a los posibles inversores; que, al fin y al cabo, son quienes tienen que apostar por él. En este artículo se explica cómo presentar un proyecto a inversores con garantías de éxito.
Cuando se realiza la presentación, el objetivo es captar inversiones para el proyecto; pero, para lograrlas, este ha de contener dos elementos fundamentales:
1. Ser un proyecto plausible. Un inversor valorará la verosimilitud de lo que se está presentando y las posibilidades que se materialice con éxito, aunque se trate de un proyecto empresarial de nuevo cuño.
2. Minimizar los riesgos. Por definición, la actividad empresarial privada entraña unos riesgos; pero, en una presentación, estos se tendrán que minimizar, para que el posible inversor los pueda ponderar. En el siguiente post puedes encontrar más información sobre cómo reducir el riesgo: Estrategias para reducir el riesgo financiero
3. Suscitar interés para una negociación. De esta forma, si la presentación resulta de su interés, se podrá plantear una negociación, ya que el posible inversor tiene información suficiente.
A la hora de presentar un proyecto a los inversores, es importante actuar de forma sistemática, dado que el orden es fundamental para generar credibilidad. Estas son las partes que debería contener, aunque, dependiendo del tipo de negocio, sector de actividad o auditorio, podrá cambiar el orden o volumen de la información que se facilita.
La presentación sería el equivalente al resumen ejecutivo del Plan de Negocio. En pocas líneas, hay que sintetizar quién es la persona que ofrece el producto o servicio; o, en el caso de ser un equipo, conviene aportar un breve currículum de todos sus miembros.
Este es un punto fundamental, puesto que el potencial inversor ha de percibir que, efectivamente, hay una necesidad que no se está cubriendo adecuadamente. Se pueden aportar ejemplos prácticos y gráficos que resulten útiles.
La solución que se aporta desarrollará la alternativa que se propone al problema presentado. Tiene que ser factible y plausible, es decir, que no requiera cambios en la legislación vigente para materializarse ya.
El producto es la solución práctica y, en este caso, hay que indicar por qué tiene cabida en el mercado nacional o internacional. También es conveniente saber que este elemento es variable y se puede hablar de varios productos simultáneamente.
En este apartado, hay que analizar el mercado en el que se va a comercializar y sus características e indicar el target socioeconómico al que dirigirse y si la competencia tiene alternativas fuertes. Es imprescindible que exista la suficiente masa crítica que pueda adquirir el producto o servicio, para que este resulte rentable.
El modelo de negocio es la explicación acerca de cómo se va a comercializar el nuevo producto o servicio, incluyendo la información necesaria. Lo principal es la estrategia de ventas o marketing, que se referirá a la política de introducción del producto, los precios, las formas de venta o los canales que se utilizan para mejorar los resultados comerciales.
La proyección a medio plazo se refiere a los beneficios a obtener mediante la comercialización del bien y servicio. Para que sea creíble y generar confianza en los posibles inversores, tiene que indicar un horizonte temporal claro.
Si la idea está bien madurada, presentar un proyecto a inversores es una tarea relativamente sencilla. Tan solo son necesarias dos premisas: ordenar los pasos y ofrecer la suficiente información para que resulte creíble a quien pueda invertir en la opción de negocio.