Para tener éxito en un negocio es vital contar con una buena planificación financiera por muchos motivos, pero, sobre todo, para que en los momentos más duros no haya que tomar decisiones drásticas y que el empresario pueda contar con provisiones suficientes. Es muy común desatender este aspecto cuando las cosas van bien pero, basándose en algo tan volátil como la economía de mercado, los directores financieros de las empresas han de elaborar este tipo de estrategia y revisarla cada cierto tiempo.
Una buena planificación financiera ha de tener muy en cuenta que el negocio puede pasar por momentos de recesión, lo cual no significa vivir siempre con miedo, sino que sus responsables han de ser precavidos al desarrollarla.
Para hacer un buen uso de los recursos de la empresa se pueden seguir estos consejos:
1 – Ceñirse a un plan. El responsable financiero ha de guiarse siempre por los presupuestos de la empresa, donde se detallen los ingresos y los gastos, sobre todo, en determinados casos, por ejemplo, cuando se recibe un crédito del banco. A partir de aquí, se ha de elaborar un plan de obligado cumplimiento, pero con cierta flexibilidad, es decir, que debe revisarse y actualizarse según las necesidades de la empresa y el momento económico que esté viviendo.
Existen ciertos aspectos externos a un negocio que inciden muy directamente en la trayectoria del mismo, como son los tipos de cambio (en el caso de que haya exportaciones e importaciones), los intereses y la inflación. Es vital que el responsable financiero revise estos elementos a la hora de hacer cualquier planificación, ya que aspectos tan importantes como los precios de las materias primas que se utilicen pueden verse alterados según los interesen que lleven.
2 – Analizar bien el sector. Es importante saber qué y cómo lo está haciendo la competencia, qué interés despierta el producto en el mercado, qué cosas les afecta, cuál es la mejor y la peor época de ventas, etc… Con toda esta información, se puede estar más alerta y prever qué situaciones o épocas serán más difíciles y cuáles mejores para el negocio.
3 – Las cuentas, al día. Tener un registro claro y fehaciente de cuáles son los ingresos y los gastos que tiene una empresa es la base a la hora de dar cualquier paso en un negocio. Si no se quiere tener problemas graves en un futuro como no poder pagar deudas e, incluso, tener que cerrar, hay que llevar un estricto control de las cuentas. Esto, a su vez, permitirá a los responsables definir bien el balance, planear pagos a corto y medio plazo, saber con cuánto dinero se dispone para pagar deudas, etc…
4 – La importancia de cumplir las fechas. Muy relacionado con el primer punto está la importancia de ceñirse también a un calendario. Tener un aumento de ganancias en un momento dado no significa que esto vaya a ser así siempre, por lo que es un riesgo olvidarse del plan financiero y tomar decisiones arriesgadas, como pedir un crédito importante. Normalmente, las empresas tienen múltiples compromisos financieros y han de cumplir con ellos en primer lugar y respetando las fechas, el sobrante derivado de una buena época ha de ser cuidadosamente guardado para los malos momentos.
5 – Explorar nuevas opciones financieras. No siempre hay que recurrir a los bancos para lograr algún tipo de financiación, de hecho, aunque tienen sus ventajas, es muy costoso para el negocio. Existen interesantes alternativas como, por ejemplo, apostar por la financiación interna, acudir a inversionistas, hacer campañas de crowfunding o recurrir a empresas de capital riesgo.
En definitiva, la planificación financiera es básica para el funcionamiento de cualquier negocio y es necesario prestarle la suficiente atención. Sin duda, merece la pena. Finalmente si estás ineteresado en mejorar la situaicón financiera de la empresa, te recomendamos el siguiente post: 7 propuestas para mejorar la tesorería de la empresa