Un diagrama de relaciones es un esquema que muestra vínculos causales entre elementos para analizar problemas complejos. Puede organizarse de varias formas, pero la idea siempre es la misma:
1. El problema analizado toma un papel principal en el diagrama.
2. Posteriormente, se relacionan las causas primarias del problema. Se representan en cajas que señalan al problema mediante flechas.
3. Como, a su vez, estas causas primarias tendrán otras causas secundarias, se repite la operación para incluirlas.
Esta capacidad de esquematizar y jerarquizar las relaciones causa-efecto hace de estas herramientas un instrumento de análisis muy potente. Su resultado no es una línea causal, pues los contratiempos no suelen manifestarse de una forma simple.
Al representar las relaciones causales como una red, permite observar el impacto real de cada elemento en el sistema. A veces, aparecen elementos fáciles de resolver que no se trabajan hasta descubrirse su impacto real.
Existen tres tipos de esquemas, cuya utilización dependerá del grado de complejidad del problema a analizar y del objetivo del propio esquema.
Estos diagramas son los más caóticos, ya que se limitan a señalar las relaciones causa-efecto como se ha determinado más arriba.
Estos esquemas ubican en su centro el problema principal. Esto facilita la ubicación de las causas, además de representar más visualmente las relaciones jerárquicas. Arrojan una visión de conjunto más ordenada.
Estos esquemas representan el problema en un lado del lienzo y las causas dirigiéndose hacia él. Al desarrollarse linealmente son muy apropiados para la toma de decisiones estratégicas en las que se pretenden erradicar los problemas desde su base.
A la hora de realizar estos esquemas, hay que tener muy claro cuál es el problema principal a abordar.
A partir de ahí, se irán extrayendo ideas de las causas primarias. Para ello, pueden emplearse otras herramientas de análisis que se hayan elaborado previamente. Hay quien recomienda hacer un brainstorming por si aparecen causas que no se hayan considerado con anterioridad.
Luego hay que relacionar los elementos. Hay que tener en cuenta que este diagrama establece relaciones complejas. Por tanto, cada vez que entre una causa en juego habrá que preguntarse si, a su vez, es causa de otros elementos de la mesa, para trazar las relaciones reales.
A la hora de establecer las relaciones, conviene diferenciar las relaciones salientes (A es causa de B) y las entrantes (A es causado por B). De este modo, se podrá hacer una primera lectura:
1. Los elementos que tengan muchas relaciones salientes son causas principales, en la medida en que originan muchos de los otros elementos considerados.
2. Los elementos que tengan muchas relaciones entrantes son efectos, y suelen ser fáciles de atajar al no afectar demasiado al sistema.
3. Los elementos que tengan muchas relaciones entrantes y salientes son elementos clave, y conviene estudiarlos con detenimiento.
4. Los elementos que tengan pocas relaciones entrantes y salientes son elementos perimetrales. Si solucionarlos es muy costoso, pueden tolerarse.
Para elaborar uno de estos diagramas físicamente es necesario disponer de un amplio espacio. Habitualmente, los elementos a relacionar se escriben en notas adhesivas, porque irán moviéndose conforme se desarrolle el modelo.
En ocasiones, se ubican las ideas en un tablero de corcho con chinchetas. Se emplea una chincheta de un color para las relaciones entrantes y otra de otro color para las salientes. Así, además de poder movilizar cada elemento pueden emplearse hilos que unan las chinchetas, representando la relación entre ellos.
Claro, que no todo el mundo dispone del espacio y el tiempo que requieren estos diagramas. Afortunadamente, en la actualidad existen soluciones digitales que permiten elaborar este tipo de herramientas de análisis virtualmente.
Se puede incluso “reunir” un equipo de trabajo para trabajar en tiempo real a través de la red, de modo que ya no es necesario ni siquiera estar en el mismo espacio.
Es frecuente que un negocio esté generando pocos ingresos por un canal de venta. Suponiendo que este fuera Internet, el problema principal a analizar sería: pocas ventas online.
Por tanto, habría que disparar ideas y preguntarse si tienen relación con las pocas ventas online. ¿Está la página bien diseñada? ¿La experiencia de usuario es la correcta? ¿Existe algún punto en que se traben los visitantes? ¿Es la promoción en buscadores y redes adecuada? ¿El producto se adapta a las necesidades del cliente?
Cada vez que una de estas ideas guarde relación con las «pocas ventas online», debe introducirse en el diagrama. Al hacerlo, habrá que preguntarse si tiene relación con los otros elementos que ya se hayan introducido. Se debe señalar si es causa o consecuencia de cualquiera de los elementos previamente introducidos.
Tras distribuir la totalidad de los elementos, podrá analizarse la relevancia de cada uno de ellos en el sistema. De este modo, podrá iniciarse un plan de acción. El diagrama de relaciones es la herramienta ideal para diseñar este plan.