El escandallo de un producto, el beneficio y la venta son los pilares de una empresa y, por ello, se deben gestionar adecuadamente tanto si se tiene una peluquería, una empresa de ropa, un centro de estética o un restaurante con estrella michelín.
En todos estos supuestos empresariales es necesario conocer el coste unitario de producción si se quiere obtener la máxima rentabilidad posible. No basta solo con ser el mejor estilista, modista o cocinero.
Es un aspecto imprescindible en la gestión de una empresa, porque gracias a él se puede conocer y controlar el precio que se le puede poner a un servicio, un plato o un modelo para que realmente sean rentables. También ayuda a optimizar el gasto.
La buena gestión de las materias primas y su control son esenciales para que el rendimiento económico sea positivo. Es necesario también realizar la trazabilidad de los productos, ya que gracias a ello se pueden calcular con exactitud los costes de la materia prima utilizada.
Es decir, un escandallo es una herramienta con la que se puede determinar el coste unitario de producción teniendo en cuenta la materia prima que interviene en su elaboración.
Ya se ha dicho que el escandallo es la evaluación minuciosa del coste del servicio o el producto de una empresa. Para realizarlo, se deben conocer los costes reales de los productos o servicios que se desean vender. Es decir, hay que sumar tanto los costes directos como los indirectos.
– Importe total de los productos con los que se va a trabajar, incluidos los gastos de envío si no fueran gratuitos.
– Lo que cuesta por hora o minuto cada empleado, es decir, los costes de mano de obra y producción.
Se deben establecer de forma proporcional tras analizar los costes anuales y son los siguientes:
– Costes de utensilios y herramientas.
– Gastos de administración de la empresa u organización.
– Gastos de seguros y otros gastos financieros.
– Gastos derivados de las instalaciones como impuestos, alquileres, agua, limpieza o electricidad.
El escandallo va a esclarecer el coste real de los servicios y productos, gracias a lo que se podrá concretar el precio final que se cobrará a cada cliente tras disfrutar de ellos. Aunque este no es el único beneficio:
– En un restaurante, por ejemplo, contar con el escandallo de un plato garantiza un mejor aprovechamiento del género y control de las mercancías.
– Cuando se estandariza un tiempo de trabajo hay una mayor rentabilidad y los clientes siempre reciben el mismo trato, independientemente del profesional que lo realice.
– El escandallo supone un inventario permanente y por tanto permite un mayor control de costes.
Si se desean obtener beneficios, es necesario que el balance de costes e ingresos sea a favor de estos últimos. Por tanto, hay que restar a los ingresos el importe total de los costes. Existen algunos software de gestión que pueden ayudar a realizar esta gestión en función de las necesidades de una empresa.
El cálculo en una fábrica textil, por poner un ejemplo, puede hacerse por color o talla, en un centro de estética puede servir para conocer con exactitud el precio de un servicio o en un restaurante para calcular el precio por cada comensal y plato.
Todo depende de las necesidades de la empresa, ya que existen algunas que externalizan su producción y por tanto no necesitan hacer escandallos.
En los restaurantes se pesa el resultado de una receta, con eso se determina el peso por ración tras dividir el peso total entre la cantidad de raciones.
De forma estricta hay que añadir todos los ingredientes que se utilizan en la elaboración de un plato sin olvidar la sal, hierbas aromática, el aceite o la pimienta, aunque las cantidades sean escasas.
En primer lugar se necesitan conocer las cantidades de cada ingrediente como por ejemplo pan, brandy, azúcar blanquilla, puntas de foie, polvo de oro, pimienta negra molida, confitura de pétalo de violeta, sal y refresco de cola.
Después hay que saber el número de personas y las cantidades por cada ración en función de los litros o kilogramos en concepto unitario, es decir, se divide el precio de compra por el peso del artículo y se multiplica por 1.000 gramos. De esta forma se obtiene el coste de cada ingrediente en la receta. Al dividir ese coste entre el número de comensales se obtiene el coste unitario.
Con el peso de cada ingrediente en porcentaje se puede determinar la importancia en el plato y en el coste total de la receta que puede ser necesario para la toma de decisiones.
Sin lugar a dudas realizar el escandallo de un producto o servicio proporcionará mejores rendimientos comerciales en cualquier empresa con independencia del sector.