Los KPI financieros son, en cualquier cuadro de mando, fundamentales. El encaje que pueden llegar a aportar en cada empresa es complicado. Resulta difícil tanto establecer su definición como seleccionarlos adecuadamente.
Un KPI se podría definir como el indicador que mide el rendimiento de las corporaciones, partiendo de la base de parámetros que se establecen previamente. Por ejemplo, que las ventas crezcan un determinado porcentaje o la facturación de un servicio o producto, como previsión, debe incrementarse un porcentaje estimado durante un plazo de tiempo determinado. Todos se ajustan al principio del coste/beneficio. Todos los objetivos mencionados, además, deben ir acompañados de una razón. Esto es: ¿por qué la facturación debe incrementarse en este porcentaje? Entonces, en primer lugar, son claves conocer las necesidades, saber cómo se solucionan y establecer acciones que logren alcanzar ese KPI.
Por lo tanto, cada departamento de la empresa cuenta con sus propio KPI en el cuadro de mando de cada área. Lo normal es que las empresas sigan unos determinados indicadores. El más habitual usado en las empresas es el coste financiero, pero existen más. Por ello, en esta entrada, se describen los KPI más importantes, desde el punto de vista de la empresa, en finanzas. Conviene saber que la existencia de unos más usados no significa que se puedan aplicar a todas las empresas, puesto que cada negocio tiene ventajas, competitividades o estrategias diferentes, por las que sus objetivos deben ser concretos y los indicadores deben ir siempre en esta línea.
El primer gran indicador llega a medir los rendimientos de los ingresos por operaciones. Se calcula en la relación entre el uso neto y las ventas.
Se calcula dividendo la utilidad en bruto entre las ventas totales de la empresa.
Este indicador es una relación entre los márgenes de beneficios operativos y los márgenes de utilidad de las operaciones. Siempre se aconseja la comparación del indicador con el coste ponderado del capital cuando se evalúa la rentabilidad real.
Conocido como ROI, se calculan los ingresos que proceden de unas inversiones determinadas en las empresas y una relación a los costes de inversión.
En este caso, el capital empleado se consigue con la suma del patrimonio de la compañía y su deuda financiera. El indicador es el mejor para conocer los resultados brutos de explotación y capitales usados.
Calcula el tiempo que se necesita para que la inversión empiece a generar ingresos. Es la suma de la conversión de inventarios y las cuentas por cobrar, pero se le resta el periodo de cuentas por pagar en diferido.
Llega a calcularse para realizar un control sobre el incremento de activos y las ventas, haciendo que sean proporcionales al crecimiento de la demanda. Su objetivo es que la compañía incremente ingresos sin endeudarse.
En primer lugar, se calcula multiplicando estos tres principales indicadores para obtener el ROE, la rentabilidad sobre recursos propios de la compañía.
Tasa de uso de los activos: (total de ventas x total de los activos).
Tasa de las rentabilidades: (ingresos netos/las ventas totales).
Tasa de uso financiero: endeudamiento entre el patrimonio. Tras ello, hay que multiplicar las tasas de retenciones de las ganancias y el ROE.
Tasa de retribución: (ingresos en su totalidad/dividendos).
Tasa sobre la retención de las ganancias: (100 % de ganancias – dividendos).
Estos son los KPI financieros más importantes que se pueden aplicar en el cuadro de mandos de los mejores CFO. Finalmente, para conseguir los mejores resultados financieros es necesario disponer de una buena planificación, por ello te recomendaos el siguiente post: Consejos para realizar una buena planificación financiera