El plan maestro de producción (MPS) consiste en un programa de producción a nivel superior que se usa para fijar el plan de producción de cualquier fábrica decidiendo qué, cuánto y en qué fecha se va a fabricar a medio plazo.
Determina el inicio de fabricación en cuanto a cantidades y plazos de entrega para cada artículo en función de la demanda y considerando la capacidad de la empresa. Tiene en cuenta desde unas semanas a varios meses.
El plan maestro de producción determina decisiones operativas de cara al siguiente periodo de planificación y puede llegar a tener en cuenta más para conocer la disponibilidad de recursos estimada. A su vez, determina qué se debe hacer y cuándo, los productos específicos y todo lo que va a producirse.
Otras herramientas de planificación en la empresa, pero más a largo plazo, son el plan de producto y el plan de marketing. A corto plazo, el MRP (Plan de Requerimientos del Material) y a medio plazo, el MPS. El MPS es base para los presupuestos de fabricación, debiendo integrarse los presupuestos financieros en la planificación de la producción del MPS.
Este plan tiene un funcionamiento muy parecido al MRP, solo que permite que se realicen diversos escenarios o pronósticos.
Determina el volumen final de cada producto que va a terminarse semanalmente del horizonte de producción a corto plazo. Los productos finales consisten en productos terminados o componentes considerados como tales.
Los gerentes de operaciones se reúnen cada semana para examinar los pronósticos del mercado, los pedidos, los niveles de inventario, la carga de las instalaciones y la información de capacidad para poder desarrollar los programas maestros de producción.
Hay que tener en cuenta que el tiempo de producción ha de ser igual o menor al horizonte de planeación, por lo que es necesario conocer el periodo de fabricación del producto para poder comprometerse de verdad con los clientes. Conviene, por tanto, conocer las barreras de tiempo.
Además, es necesario poder determinar el pronóstico de demanda, que dependerá del inventario y de los pedidos de clientes.
Un buen plan ha de ser realista, ajustando la planificación con la capacidad real en cada proceso de producción sin buscar que la demanda del cliente sea fabricada en plazos imposibles. Ante todo, realista teniendo en cuenta los recursos de la fábrica.
Para hacerlo tiene que hacerse el desarrollo de la primera versión con un borrador inicial y la planificación de la capacidad de global para poder determinar que las cantidades de fabricación asumidas son alcanzables en el plazo de entrega establecido.
Es preciso conocer las necesidades de entrega de los clientes y ver cómo ajustar los niveles de capacidad con los de producción, determinar los niveles de inventario y ajustar esto en función de la estrategia de producción que tenga la empresa.
Si la capacidad de producción está sobrecargada, debe revisarse el plan para ajustar las prioridades de producción o volviendo a planificar los plazos de entrega de los productos que se fabrican a corto o medio plazo. El enfoque de este plan depende de la demanda o estrategia de producción de cada empresa.
Si el inventario inicial es 1000 unidades y la producción por periodo 1100 unidades, el pronóstico demanda de enero 3100 unidades y el de febrero 2800 unidades se hace un cuadro con los datos de los meses en horizontal y otros datos (semanas, inventario inicial, unidades pronosticadas, pedidos de clientes, inventario final y MPS). Se cubre con 1000 el inventario inicial, se distribuyen las unidades pronosticadas de forma igual en todas las semanas del mes y se cubren los pedidos de clientes.
Es interesante saber que se trata de una herramienta con la que el equipo de dirección puede hacer una previsión de ventas en la que se garantice la disponibilidad de componentes y subensambles que se necesitan para la producción.
Para muchas empresas, implementar esta herramienta puede ser un gran cambio en la cultura de las mismas, ya que los pronósticos han de reflejar con fidelidad el plan de negocios, lo que requiere una constante actualización por parte de todos los departamentos de la empresa. Debe saber adaptarse a todos los demás factores y ayudar a planificar.
El plan maestro de producción es interesante para programar productos finales con el fin de que se terminen con rapidez y cuando se haya comprometido con los clientes y evitar sobrecargas o subcargas de las instalaciones de los productos para una capacidad de producción eficiente con mejor costo de producción. Además, consigue un nivel de colaboración alto por parte de los departamentos de la empresa.