Internacionalizar la empresa es un reto que la mayoría de las compañías de unas ciertas dimensiones tienen que afrontar, más tarde o más temprano. En el artículo, se dan claves para saber cómo realizar el proceso con éxito y se indican los requisitos.
La internacionalización de la empresa
Si la empresa está funcionando bien en su mercado de origen o ve signos de saturación, puede ser un buen momento para abrir nuevas vías. Ahora bien, no vale cualquier sistema y, para asegurar la inversión, convendrá tener en cuenta determinados aspectos.
Pasos para la internacionalización
El primer paso para la internacionalización es realizar un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). De esta manera, se sabrá cuál es la posición de la compañía en los ámbitos interno y externo para afrontar nuevos desafíos.
Una vez que se haya tomado la decisión, el departamento de exportación tendrá que estudiar el mercado en el que se quiere implantar. Para ello, el análisis PEST (Política, Economía, Sociedad y Tecnología) es muy útil, porque permite tener una imagen real del territorio.
Finalmente, se tendría que aprobar un Plan de Negocio específico para el país en el que se quiere trabajar. Es importante tener una ficha de penetración y objetivos.
Ventajas e inconvenientes
Internacionalizar la empresa es, en principio, una buena opción si se van a hacer bien las cosas. Eso sí, tiene ventajas e inconvenientes:
1. Si se tiene éxito en la estrategia de penetración, la compañía será menos dependiente de la coyuntura específica de un país. Este es el caso de las empresas multinacionales, que mantienen una cuenta de resultados favorable aun en un contexto de recesión o depresión.
2. La internacionalización de las compañías es una forma de asegurar una tasa de beneficios constante y de entrar en mercados que están en plena fase de expansión. Un producto o servicio puede estar en la fase de madurez en un país pero estar en pleno crecimiento en otro.
3. Ahora bien, si el proceso de internacionalización no se realiza de forma responsable, es una fuente de gastos que puede comprometer las áreas de negocio que sí que funcionan. Por lo tanto, en ningún caso hay que dejar a la improvisación este aspecto.
Requisitos para internacionalizar la empresa
En un proceso de internacionalización, no vale cualquier perfil y eso no deja de tener su lógica. Por lo tanto, para afrontar este reto, sí es conveniente contar con una serie de condiciones previas:
1. Carecer de prejuicios culturales. Este aspecto es fundamental porque hay que tratar con otras etnias y, en la mayoría de las ocasiones, emplear otros idiomas. Además, y como principio general, cuantos más conocimientos se tengan del otro país, mejor.
2. Tener capacidad de liderazgo. En ocasiones, va a ser necesario afrontar imprevistos y, aunque todo CEO ha de tener un líder dentro, cuando se trata de iniciar la actividad en otro país, mucho más. Esto ha de implicar, también, saber trabajar con equipos.
3. Disponibilidad para desplazarse. Esta es una condición común en las empresas globales, pero es obvio que la introducción en otro país supondrá emplear tiempo e, incluso, años.
4. Perseverante. Las tareas de implantación en un país distinto pueden ser poco agradecidas porque los resultados no son inmediatos y, a veces, el éxito se hace esperar. Por lo tanto, un directivo que tenga en cuenta este aspecto tendrá más posibilidades de éxito.
5. Saber utilizar con inteligencia las nuevas tecnologías. Al final, este es uno de los puntos en los que se pueden generar ventajas competitivas, de ahí que convenga trabajarlas bien.
Conclusión
Si se siguen estas pautas, internacionalizar la empresa va a ser más sencillo, aunque siempre habrá un factor coyuntural o del propio producto que implique incertidumbre. En todo caso, hoy es más fácil sobrevivir.
